Siento paz profunda, porque sé que Dios siempre está conmigo. Recuerdo las palabras de la Oración de Protección: “El poder de Dios me protege; la presencia de Dios vela por mí”. Aunque el sendero de la vida tenga altibajos y las curvas impidan que vea lo que está ante mí, mi fe es fuerte.
No puedo predecir experiencias futuras, mas estoy seguro de que dondequiera que esté, Dios estará conmigo. Afirmar la protección divina es una práctica espiritual que detiene el ciclo de pensamientos temerosos y realinea mi energía.
Según voy en pos de experiencias hermosas, mi intención es vivir plenamente. También afirmo esta oración por mis seres queridos, reconociendo que ellos están rodeados de la luz y el poder de la protección divina.