Sangran mis carnes gotas purpurinas
Porque a salvarme, oh niño, te me niegas.
Mira que estoy de pie sobre los leños,
Que a veces bastan unos pocos sueños
para encender la llama que me pierde.
Sálvame amor y con tus manos puras
Trueca este fuego en límpidas dulzuras
Y haz de mis leños una rama verde.
Alfonsina Storni