Como no pude darme cuenta que ayer se durmió el tiempo, a su paso las horas se perdieron. Se durmió el tiempo y en mi cuerpo entró el otoño para tejer en mi cabeza las canas. No me di cuenta que cambié, que mis ojos tienen ojeras, que mi voz se apaga... Que mi rostro se agrieta. Al pernoctar el tiempo con él se durmió mi ayer... Se llevó mi juventud muriendo el amor en su latido.