La mejor manera de reproducir rosales es por medio de esquejes. Vamos a ver seguidamente un método muy eficaz para conseguir que la mayor parte de los esquejes tomados a nuestros rosales salgan adelante, enraicen correctamente y se conviertan en nuevos rosales para plantar en nuestro jardín.
En un lugar apartado de la zona de paso de nuestro jardín y a ser posible que quede en sombra durante las horas más calurosas del día cavaremos una pequeña zanja de unos 15 cm de profundidad, rellenaremos el fondo con una capa de arena de unos cinco centímetros.
Escogeremos un tallo del rosal que deseemos reproducir, de aproximadamente el grosor de un lápiz. El tallo debe ser recto, maduro y jóven. Entendemos por maduro que las espinas ya se sueltan con facilidad del tallo y joven que es resultado de la brotación del año anterior.
El esqueje debe ser de aproximadamente 25 cm de largo. Cortaremos justo por debajo de un brote y a continuación retiraremos las hojas y las espinas de la mitad inferior. Puede dejar un par de sistemas de hojas en la parte superior del esqueje si lo desea.
Plantaremos los esquejes en la base de arena, apretaremos ésta para evitar bolsas de aire y recubriremos de tierra dos terceras partes del esqueje. Apretaremos la tierra alrededor de los esquejes con cuidado de no dañarlos. Mantendremos la tierra húmeda durante todo el verano, para entrado el otoño deberán haber enraizado todos los esquejes.
Existe un pequeño truco que usan algunos criadores de rosas, clavan el esqueje en una patata sana y lo plantan en el suelo directamente. Al parecer la humedad de la patata favorece la creación de las raíces en el esqueje.