Nunca quise seducirte mujer. Te observaba ensimismado y tú me pudiste ver, enamorado de tu forma de ser. Mirándote a los ojos descubro esa parte de ti que nunca dejas ver. Seductoras miradas cruzando visiones que describen soñadas pasiones. ¡Después solo era dejarnos hacer!
Unos besos encienden la hoguera que arde somera, encerrada bajo la piel. Se olvidaron todas nuestras penas, inflando las venas de la ilusión, dos cuerpos dan rienda suelta a la pasión. Te rindes vencida a mis manos, y los dos nos amamos dejando atrás la razón. Una mirada como medio de comunicación. Dos cuerpos unidos en seducción.
Nunca quise seducirte mujer… ¡Pero mis ojos hablaron y tú lo supiste ver! ¿Mis manos te conquistaron? O solo te confirmaron lo que querías tener…