Es posible que después de todo, no sean más que imaginaciones de la mente, pero para mí, el mundo que me rodea es tan normal y tan real, que no puedo calificarlo más que con la palabra de mágico.
Uno puede sucumbir, si se deja, ante la desidia del tiempo, el llegar repentino de una depresión o ante la sombra de la muerte, pero en nuestro interior existe algo muy bello que necesita salir por todos los poros de nuestra piel. Eso no es otra cosa que el optimismo, la esperanza y el amor. Teniendo todo eso dentro, ¿quién no diría que su mundo es mágico? A parte de esto cuento con otras energías que ya narraré. Me parece que debería compartirlo con todo el mundo y eso es lo que pretendo. Dar a aquellos que alguna vez sintieron fe en algo, mi particular visión de el alma humana y lo que se puede llegar a sentir cuando se cree de verdad en el objeto de nuestros deseos.