Quizá he trepado alguna vez hasta lo más alto de una montaña o de un rascacielos y me he sentido como si estuviera en la cima del mundo. O tal vez es una canción de ritmo alegre lo que agita mis emociones cada vez que la oigo. En esas ocasiones experimento tal oleada de entusiasmo que me siento capaz de cualquier cosa.
Puedo sentir eso todos los días gracias al poder de Dios en mi vida. Con la fuerza y la seguridad de Dios, comienzo cada día con entusiasmo por todo lo que puedo lograr, por todo lo que deseo.
El poder de Dios es más notable que cuanto podría jamás imaginar; cada vez que rezo abrevo en ese poder divino.
¡Gracias al poder de Dios, puedo!
Con Amor en mi corazón
"Le diste autoridad sobre tus obras;
lo pusiste por encima de todo".
feliz jueves