Hoy preciso de ti querido viejo
la palmada en la espalda, tu calor
de tu abrazo tan fuerte, de tu amor
mas no estas aquí, marchaste lejos.
Y por eso no puedo preguntarte
que me digas tu idea, tu opinión
el camino a seguir y la razón
no te olvido, no dejo de extrañarte.
Aguas mansas, también puerto seguro
referencia constante de mi acción
me obsequiaste tus ganas tu pasión
saboreaste lo bueno sin apuro.
Cada vez que la vida es exigente
se destaca tu falta irremplazable
la tristeza se torna inevitable
es nostalgia tu decir inteligente.
Br. Apolonio Martin Balan.
Campeche, Mexico