Todo pasa como yerba
en este mundo de mal,
es un mundo caído
en pecado y maldad.
Pero existe una Gloria
sellada como memoria
en lo profundo del corazón,
que ama a los hombres humildes
arrepentidos y sensibles
que claman por perdón.
Le gusta verlos arrodillarse
de convicción sus almas, llorar
bajo el Espíritu, temblar
y humildemente quebrarse . . .
Él nos persígue en Su Gloria.
Caminante, ya no temas
si hay un glorioso más allá,
caminante, si hay Camino
Jesucristo lo vino a mostrar.
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