Cada día aparecen gran cantidad de dietas erróneas que son seguidas con fe por muchos incautos y que, no sólo no producen una pérdida de peso adecuada, sino que pueden ser perjudiciales para la salud. Es el caso de las dietas muy bajas en calorías.
¿Por qué se caracterizan?
- Incluyen las proteínas necesarias para evitar los daños ocasionados al organismo por falta de proteínas, pero aporta pocos hidratos de carbono, por lo que la energía que necesitamos se obtiene quemando grasas, con el consiguiente aumento de la acetona (cuerpos cetónicos).
- Carecen de fibra que deberá ser administrada aparte para evitar el estreñimiento.
- Deben ingerirse siempre con 2 ó 3 litros de agua al día.
- Con frecuencia se produce un aumento del ácido úrico, que ha de ser tratado con medicamentos.
- Al aportar una cantidad tan pequeña de calorías el organismo, se reducen las necesidades de energía y se gasta mucho menos, lo que impide que la reducción de peso sea tan espectacular como cabría esperar.
- Por todo esto, este tipo de dietas debe utilizarse solamente cuando existan circunstancias especiales que aconsejen un rápido descenso del peso (insuficiencia respiratoria, apnea del sueño…) y siempre controlado por un médico.
No se debe utilizar cuando se tenga alguna enfermedad, como por ejemplo, insuficiencia cardiaca, renal o hepática o que haya tenido alguna vez algún infarto de miocardio, o trombosis cerebral, etc.