Como decirte lo que ahora siento
de la forma más bonita que pueda
si yo no soy ni poeta
para brindarte mi corazón y mi tristeza.
Nunca borraré el tiempo que pasé
esperándote, anhelándote, cada atardecer
para ver tu tierna sonrisa y no caer
para que no temblaran ni mis manos ni mi piel.
Cuando no estaba el sol, tú me brindabas un rayo,
cuando el cielo estaba oscuro, tú me enseñabas estrellas
me decías tantas cosas bellas...que esta poesía,
aún triste, solo es para ti.
Ahí estabas, siempre así...
con tu mirada de niño y tus consejos serios
con tus palabras de adulto y tus ojos tiernos
siempre levantándome cuando me rendía.
Hoy, creo que veo el sol por ti,
tú, acercándote a mí
tú, arrastrándome desde mi rincón
cuando no encontraba el lugar para salir.
Ahora la noche está estrellada
y dos resplandecen de entre ellas
tal vez son tus ojos que me miran
vigilantes, trayendo claridad a mi vida.