No hay más ansiedades que aquellas que tú mismo generas. Y así como las has creado, de la misma manera las puedes dejar. Lo que pasó, pasó. Lo que vendrá, vendrá. Puedes marcar una diferencia. Puedes poner manos a la obra. Y no estando cargadas de ansiedad, tus acciones serán infinitamente más efectivas. Tu conciencia será notoriamente más rica y mucho más clara si no está nublada por la preocupación.
Abre tus ojos a las oportunidades que ofrece este instante. Dedica tu considerable energía en aprovechar las mejores de esas oportunidades. Libera tu mente, tu cuerpo y tu espíritu enfocándote en ser productivo, efectivo y a estar lleno de vida. Deja de lado esas oscuras ansiedades y vive a pleno.
Cuando pierdes una oportunidad ganas una lección.
Si no das oportunidad a un corazón, nunca sabrás cual es su intención.
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