Dos mujeres mayores han sido amigas por décadas.. A través de los años ellas compartieron toda clase de actividades y aventuras. Últimamente, sus actividades se han limitado a encontrarse algunas veces durante la semana a jugar a las cartas.
Un día estaban jugando a las cartas, cuando una de ellas mira a la otra y le dice: - Ahora no te enojes conmigo....Sé que hemos sido amigas por mucho tiempo pero... ¡no puedo recordar tu nombre! Pienso y pienso, pero no lo recuerdo. Por favor, dime cuál es tu nombre.
Su amiga la observa con una mirada penetrante. Por lo menos por 3 minutos, la sigue mirando sorprendida y finalmente le dice: - ¡Espero que no estés muy apurada por saberlo!