Acepta la
responsabilidad de edificarte a ti mismo, y el valor de acusarte del
error,
para volver a empezar, corrigiéndote.
Tenga siempre muy
presente que usted tiene responsabilidad en todo lo que le ocurre, bien
sea por
exceso o por defecto. Si usted siempre busca a quien ( o a qué ) echarle
la
culpa, si busca como desplazar su responsabilidad y culpar a otros, a
las
circunstancias, a la suerte, al destino, o al mismo Dios, se está
engañando.
Usted tiene el
poder y la capacidad de influir positiva o negativamente en todo lo que
le
ocurre, es su responsabilidad.
El
secreto de la felicidad está en mirar todas las maravillas del mundo,
pero
nunca olvidarte de tus responsabilidades básicas
Libro:
“El Alquimista”
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