Una sonrisa adorna tu cara
Atravesada por surcos de pena
Labrados por el gran sufrimiento
De preocupaciones y trabajos
Y de soportar la muerte de hijos
Que fenecieron por las epidemias
Y la de tu marido en la batalla más cruel
En la deleznable y cruenta Guerra Civil.
Pero tú seguiste erguida y fuerte
Luchando incansable por los tuyos
Por los que aún quedaban a tu lado
Con la azada, la hoz y el rastrillo
Trabajando la tierra para su sustento
Procurando llenar las cacerolas
Con el vital alimento de cada día.
Ignorando el inexorable paso de los años
Que ni el flagelo de la lluvia ni la sequía
Tampoco la nieve con su manto frío
Ni los tórridos calores estivales
Lograron tambalear tu enjuta figura.
Eres roble que se sobrepone al tiempo
Y a las extremas inclemencias del clima
Con la fe inquebrantable de madre
Y con el amparo del Creador
A quien agradeces cada día
Sostienes con mano firme tu hogar.
Caminas la senda del destino
Con fuerza, tenacidad y amor
Y sólo la visita de la parca
Podrá obnubilar tu sonrisa.
Eres mujer, eres voluntad ante el destino
Una sonrisa adorna siempre tu cara.