Una de las cosas más grandes de la vida es, en los momentos de tristeza o soledad, que una sonrisa espontánea adorne tu cara al recordar que aún existe la inocencia, la fidelidad y el amor incondicional. En esos momentos me refugio en ellos, en todos y cada uno de los animales que han pasado por esa gran familia a la que pertenezco y que nos han regalado cada segundo de su tiempo, por muy mal que estuviesen, por muy profundas que fueran las heridas que se habían abierto tanto en sus carnes como en sus almas, sus ojos nunca podían expresar nada malo... Asoka es un refugio para ellos y para todos los que, como ellos, formamos parte de él. Es un gran árbol que extiende sus ramas a todo aquel que quiera luchar por los más nobles seres, que quiera regalar su cariño y esfuerzo a aquellos que más lo merecen y que como yo, en aquellos momentos de tristeza y soledad, hacen que una sonrisa espontánea brote de sus labios recordando que pertenecen a esta gran familia a la que llamamos Asoka |