A mis amigos les adeudo
la ternura y las palabras de aliento y el abrazo, el compartir con todos
ellos la factura que nos presenta la vida paso a
paso.
A mis amigos les adeudo
la paciencia de tolerarme mis espinas más agudas, los arrebatos del humor,
la negligencia las vanidades, los temores y las
dudas.
Un barco frágil de
papel parece a veces la amistad, pero jamás puede con él la más
violenta tempestad. Porque ese barco de papel tiene aferrado a su
timón, por capitán y timonel... ¡un corazón!
A mis amigos les adeudo
algún enfado que perturbara sin querer nuestra armonía, sabemos todos que
no puede ser pecado el discutir alguna vez por
tonterías.
A mis amigos legaré
cuando me muera mi devoción en un acorde de guitarra, y entre los versos
olvidados de un poema mi pobre alma incorregible de
cigarra.
Un barco frágil de
papel parece a veces la amistad, pero jamás puede con él la más
violenta tempestad. Porque ese barco de papel tiene aferrado a su
timón, por capitán y timonel... ¡un corazón!
Amigo mío si esta copla
como el viento a donde quieras escucharla te reclama, serás plural porque
lo exige el sentimiento cuando se llevan los amigos en el
alma.
Autor: A. Cortez
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