Ese día...
Una mirada sin palabras despierta mil interrogantes...
unas manos que buscan sin saber su acertado camino,
fuertes latidos del corazón como nunca se sintieron antes;
una prisa en el ambiente, que susurra a gritos:...¡Adelante!.
Unos cuerpos temblorosos se acomodan como pueden...
unos labios que desean ese beso ardiente de inmediato,
avaros, las caricias se encienden propagadas donde queden;
y detrás de ellos se enturbia el día que los mira con recato.
Se ciñen a ellos mismos como criaturas amorosas impulsivas...
provocando sensaciones bellas, refugiándose en su desespero,
un beso tierno sella sus almas condenándolos de por vida;
a amarse hasta el último suspiro, hasta que el Creador lo decida.