Llamarme niña, ser tu afán
ni siquiera lo soñé.
De tu brazo pasear
por las calles del edén y la lluvia, su cantar
en el alma acaecer:
¿Qué me hizo a mí capaz
para tanto merecer?
Pudo ser, tal vez será
una estrella que al nacer
con un rayo muy fugaz
hizo al alma estremecer
y este amor, junto a tu paz,
me ha sabido enternecer
hasta el cielo iluminar;
Luz del alba... y a tus pies
un lucero vio brillar
el principio del querer
que ya no podré olvidar
Amanecer.
Compartido con mucho amor,