Tal vez uno no tenga la autoridad suficiente, ni los deseos necesarios, ni aún el talento requerido para aconsejar a nadie sobre nada, lo que equivale a decir que sea lo que sea que uno está observando con respecto a otro, simplemente tiene que dejarlo pasar, como pasa el agua por debajo del puente y no darle demasiada trascendencia, si total… no es a uno lo que le sucede tal o cual cosa. Y ni siquiera intentar ayudar a alguien a tomar decisiones. Algo que se puede aportar para aclarar las situaciones es lo siguiente: Seguramente en nuestros archivos personales, hemos acopiado distintas pruebas (mensajes) de cuando pretendíamos que éramos felices. Sería importante, por el bien del otro que releyéramos, uno a uno, esos mensajes que nos hicieron tan felices, ese simple hecho nos hará reconocer si fuimos injustos o no, y hasta donde es que estábamos pendientes y pensando en el otro. Si no fuimos felices, no pensamos lo suficente en el otro y nos deshicimos de las cosas que sabemos que hicieron felices al otro. Hemos actuado mal.
O sea... HEMOS ACTUADO.................... HEMOS POSADO... HEMOS HERIDO........
Y SIN NINGUNA NECESIDAD......