Calostros
Recuerdos: Estaba en la cama y me vino de pronto el olor a leche de cabra recién hervida y tortas fritas. Cuando me levante mis hermanos ya estaban desayunando, mi madre me pregunto… ¿Niña cuantas tortas vas a querer? —Mama, quiero dos grandes, pero las quiero enganchadas en un junco. ¡Pues espabila que se enfrían! —Anda corre que hoy también hay calostros. —Cada mañana mi madre preparaba el desayuno, en invierno la base era leche de cabra, acompañado de tortas fritas, o porras, o tostadas con ajo aceite y bacalao, o un canto de pan blanco con aceite, y otras veces gachas dulces recién hechas, con picatostes. Pero aquella mañana era especial, había también calostros. El día anterior había parido una cabra y mi madre me guardaba con mucho cariño, los calostros que tanto me gustaban. Fui corriendo y me senté en la mesa camilla con los pies de bajo del faldón para calentarme con el calor del brasero. En la mesa ya estaban aquellos deliciosos calostros con miel de romero por encima, que tanto gustaban.
JUANITA |