La leyenda
cuenta como Juana, nacida en 822en Ingelheim am Rhein, cerca de
Maguncia, erahija de un monje. Juana tuvo así la oportunidad de
comenzar sus estudios. Sin embargo las mujeres de la época tenían vedado
el acceso al mundo religioso, el único en el que se podía seguir
estudiando. Por eso, Juana optó por cambiarse de nombre a Johannes Anglicus
(Juan el Inglés). Bajo esta identidad falsa Juana acabaría con
un puesto docente en Roma. Allí, en julio de 855, Juana acabó siendo elegida
como sucesora del difunto papa. Su nombre pasó a ser
entoncesBenedicto III o Juan VIII. Cuando se descubrio el
engaño se nombró un nuevo Papa, Benedicto III. Además, se le puso a éste como
fecha de su nombramiento el año 855, y así se borró de un plumazo la existencia
de Juana en el Papado. Años después, hubo otro Papa Juan, pero no se denominó
Juan IX, sino Juan VIII.
Sin
embargo, no existen documentos históricos que avalen esta
leyenda hasta el siglo XII, cuando el cronista dominico Jean de
Mailly documentó la leyenda. Sin embargo, en este punto aún no se le
pone nombre a la papisa, y muchos de los detalles de la historia se irán
incorporando en versiones posteriores. Desde el siglo XV
múltiples historiadores negaron la veracidad de esta
leyenda.
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