Empleamos este uso para indicar a alguien que llega a destiempo para hacer algo.
En el Siglo XV, durante el reinado de los Reyes Católicos,
se creó un cuerpo similar al de la actual policía,
heredero de las antiguas cofradías del Siglo XI de los cuerpos cristianos,
el cual era pagado por los concejos,
cuyas funciones pasaban por la de garantizar la seguridad ciudadana.
Uno de sus primeros uniformes consistía en un chaleco de piel
que mostraba las mangas de la camisa que eran verdes,
y por tales mangas eran conocidos por el pueblo.
El número de efectivos de la citada hermandad era escaso
(1 jinete por cada 100 vecinos y un soldado por cada 150 agrupados en cuadrillas)
y muchas veces no llegaban a tiempo para evitar los altercados,
robos y demás fechorías,
a lo cual la gente gritaba con menosprecio al verles llegar tarde:
"¡A buenas horas mangas verdes!"