Tres Ángeles estaban preocupados por esconder a Dios en alguna parte, para preservarlo de las maldades del hombre.
Uno de ellos dice: “el
mejor lugar para esconderlo es en el fondo del mar”. Pero el segundo le
contesta: “no, porque el hombre es capaz de inventar un submarino que
llegue hasta allí y pretenderán dañarlo. Mejor guardémoslo en la
estrella más lejana”.
“Tampoco”, dice el
tercero, “también el hombre puede inventar una nave espacial que alcance
esa estrella para dañar al Creador. El mejor lugar donde podemos
esconderlo es en el corazón del hombre”.
Y los otros le
preguntan: “¿y qué puede pasar si el hombre encuentra a Dios en su
corazón?”. El tercer ángel con mucha paz, les dice:
“Si el hombre
encuentra a Dios en su corazón, también va a encontrar el amor. De esa
manera podrá compartir ese amor con todos los demás hombres y ya nadie
podrá dañar a Dios ni querrá hacerlo”.
D/A
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