No podemos evitar llegar a
ser mayores, pero sí podemos negarnos a ser viejos.Todos acumulamos
años, y cada uno de nosotros, tarde o temprano, llegaremos a ser
personas de edad avanzada... ancianos. Por eso me gustaría hablar de lo
diferente que puede ser nuestra vida según decidamos enfocarla.
— Somos personas viejas cuando
dejamos que la vida transcurra sin sorpresas, cuando nos levantamos y
sólo miramos por la ventana para ver pasar el tiempo.Somos mayores cuando,
a pesar de la edad, nos levantamos y disfrutamos de un paseo mirando
correr a los niños, sonriendo a cada persona que nos saluda.
— Somos viejos cuando nuestros sueños se mueren, cuando dejamos de luchar por conseguir "algo" en la vida.Somos mayores cuando
aun a nuestros años, soñamos. Soñamos con ver a los nietos, con llenar
la mesa de familia, con descubrir y experimentar cosas nuevas, con hacer
reír a los demás con nuestras historias.
— Somos personas viejas cuando
creemos que estamos de vuelta de todo, que la vida ya no puede darnos
nada que no hayamos vivido ni enseñarnos nada nuevo.Somos mayores cuando seguimos dispuestos a aprender, a descubrir y a conocer.
— Somos personas viejas cuando
nos quedamos sentados frente al televisor esperando la hora de nuestra
muerte, cuando no hacemos nada por las personas que están junto a
nosotros, excepto hacerles infelices con nuestras quejas. Somos mayores cuando
salimos a caminar porque el médico nos dice que eso nos dará calidad de
vida, cuando disfrutamos inmensamente cada minuto que estamos en este
mundo.
—Somos mayores cuando miramos
la agenda y está en blanco porque no tenemos nada que hacer y sólo nos
resignamos a nuestra partida, sin darnos cuenta de que cada día es una
bendición.Somos viejos cuando planificamos
nuestra vida junto a la familia, cuando viajamos para conocer mundo,
cuando hacemos todas esas cosas que no habíamos podido hacer antes.
Laspersonas con alma vieja se deprimen con mucha facilidad, pero las que simplemente son personas mayores,aceptan
las inconveniencias de la vida, no dejando que les afecte tanto como
para amargarles, saben que la vida se hace muy larga o muy corta según
se viva... Siempre merece la pena vivir intensamente, con felicidad,
optimismo y sin aferrarse a las cosas que nos dañan el corazón.
No permitamos que el desánimo, la tristeza, los obstáculos, los miedos, los fracasos y las derrotas nos conviertan en personas viejas, amargadas y sin vida.
La
edad se lleva en el corazón, y siempre que encuentres motivos para
sonreír y alegrar a los demás, serás una persona mayor con alma joven.
© Autor: Shoshan.
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