PRIMER DÍA DE CLASE
DE
CHIQUITO BENITEZ
Me quedé allí...,
en ese establecimiento,
que me aislaba,
por unas horas,
de mis padres,
podía ver por los ojos
de mis compañeritos,
que también,
les pasaba lo mismo,
pero un manto de ternura
de parte de nuestra
querida maestra,
nos llevó a un mundo
parecido,
al que estábamos
acostumbrados en casa,
con la diferencia
de no ser familia,
sino un conjunto de almas,
que debían compartir
sus vivencias
en el aula,
siendo ese baúl gigante
que se llevó
tantos recuerdos
de innumerables alumnos,
que han transitado,
convirtiéndose ahora,
en hombres y mujeres
con una vida
formada...
Y allí, fuí matizando
mi niñez,
con todas las ilusiones
intactas,
viendo como de a poco,
me iba amigando
con el delantal,
diseñado por mi mamá,
y los útiles útiles nuevos,
que con tanto cariño,
a los demás,
les mostraba...;
vaya tiempo hermoso,
donde la inocencia
se acunaba,
hasta volverse gaviota,
queriendo volar
fuera del nido,
queriendo pasar
a otro mundo imaginario,
el de la adolescencia,
después de haber
sellado mi estadía,
en aquél banco sagrado,
que me brindó
la escuela amada,
desde el día
en que deposité mis pies,
y que hoy está durmiendo
en mi memoria,
hasta que la aborde
la nostalgia,
que la sabe despertar,
para que brote de mi,
alguna lágrima...
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