Es éste un nombre con más hondura que un pozo.
Contra lo que parece, no es que el masculino le haya cedido el nombre al femenino, sino que
por naturaleza es propio de la mujer y de todo lo que de femenino hay en la naturaleza.
La palabra original es Félix, que significa "feliz", y es tan femenina como imperatrix generatrix,
emperatriz, generatriz, motriz, actriz... es tan exclusivamente femenino como lo es concebir,
gestar, parir y amamantar. Manda la lengua latina que sólo la naturaleza fecunda pueda ser feliz.
El origen y el paradigma de la felicidad fue para nuestros antepasados la mujer amamantando.
Y el primer nombre que se le dio al hijo fue el de filius porque su oficio era mamar, procurando
así la felicidad de la madre. Así es como se construyó el nombre de Feli, con los materiales más
nobles que pueden aportar no sólo la naturaleza, sino también la inteligencia.
Pueden sentirse felices las Felisas de que cuando los hombres han buscado un nombre cargado a
la vez de bondad y de fuerza, hayan tenido que tomárselo prestado. Y felices también porque no
ha sido para ellos un nombre cualquiera,
sino uno de los que más se ha llevado a lo largo de la historia