No te me rompas. Tengo entre las manos la copa de cristal de tus mejillas, y mis dedos son toscos artesanos incapaces de obrar las maravillas que otros te hicieran antes, cortesanos expertos en temblores de rodillas. Pero voy a bebérmela hasta el fondo, y con cáliz igual te correspondo.
Brevería Nº 1691
Hazte
Hazte puñal o lanza y atraviésame lenta, lentamente, como un rayo de luna en la ventana.
Hazte velero y súrcame la carne, que tengo un mar alborotado, tuyo, que en impulsos y espuma se deshace.
Hazte nervudo roble, y que al plural abrazo de tus ramas se desvanezca el bosque.
Hazte sombra que, atada a mis tobillos, no alcance a desviarse, pues tu senda será forzosamente mi camino.
Hazte corriente de agua que me lleve, no importa hacia qué mar, pero que nunca se estanque o se repliegue.
Hazte concepto, ocupa mi cerebro, oscuréceme todas las ideas, debilítame todos los recuerdos.
Hazte otro yo que vaya de la mano con el yo que ya soy, ría si río, y anude sus angustias a mi llanto.