Los aceites esenciales son vehículos de microinformación que transmiten “mensajes” bajo forma de ondas luminosas, frecuencias de colores y otras señales semejantes, que surgen de la energía de las plantas, es decir, la parte viva de la planta al ser procesada, llegando a nuestro cerebro mediante la inhalación.
Las plantas atrapan la luz del sol y la energía vital derivada de los rayos cósmicos y así, fabrican el alimento que sostiene a todas las cosas vivientes a través de su propia y única alquimia, combinada con la energía de la tierra. Si es preservada adecuadamente, esta energía vital puede tener un efecto poderoso en nosotros y una de las mejores formas de capturar el patrón vibratorio de las ondas luminosas es por la preparación y uso de los aceites esenciales.
Al contrario de otras preparaciones herbales que se componen solamente de las propiedades orgánicas de la planta, los aceites esenciales contienen el elemento vibratorio el cual es la misma “esencia” de la planta. Las vibraciones de los aromas penetran en nuestra aura, trabajando en el cuerpo etéricoa través del sistema de chakras y la red de meridianos energéticos. Las vibraciones de los colores y los aromas, las cuales están sintonizadas con nuestras vibraciones energéticas internas, pueden tener un efecto significativo sobre nosotros, liberando energía bloqueada en nuestro cuerpo emocional.
La acción espiritual de los aceites
Por dar tan solo algunos ejemplos, mencionaremos la acción que tienen algunos aceites en el plano espiritual o vibracional:
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Lavanda: Ayuda al crecimiento espiritual por producir un estado meditativo. Estabiliza los cuerpos físicos, etéricos y astrales. Excelente como protección psíquica.
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Mandarina: Trabaja con las heridas de nuestro niño interior, cicatrizando. Favorece nuestra conexión interna.
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Menta: Estimula el flujo de energía entre el corazón y la coronilla. Limpia y equilibra el aura completa, revitalizándola.
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Mirra: Fortalece la espiritualidad abriendo el chakra base. Polariza los chakras base y coronario conectándonos con nuestra misión de vida y dándonos seguridad para desarrollarla.
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Eucalipto: Aclara el camino para recordar vidas pasadas, regenerador para abrir el corazón al amor universal.
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Romero: Protección psíquica contra las fuerzas negativas. Ayuda a desarrollar sensibilidad a las fuerzas sutiles y a los reinos superiores.
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Eneldo: Abre el chakra coronario por liberar a la mente superior de temores y conductas restrictivas. Impulsa la receptividad a otros mundos.
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Vetiver: Escudo de protección al aura. Calma espiritual por sentirse con bases. Encontrar un propósito en la vida.
Los planos de sanación
Los aceites esenciales tienen un amplio espectro de trabajo y trabaja en todos los niveles, por ejemplo,si usamos el aceite de eucalipto para una afección de vías respiratorias, estaremos trabajando en todos los niveles así:
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A nivel físico: Vías respiratorias, garganta, descongestionante.
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A nivel emocional: Dispersa amargura, resentimiento, culpa.
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A nivel mental: Antidepresivo, aclara la mente, ayuda a la concentración, fortalece el sistema nervioso.
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A nivel espiritual: Aclara el camino para recordar vidas pasadas, regenerador para abrir el corazón al amor universal.
Finalmente, el propósito es integrar todos nuestros campos, para elevar nuestro nivel de consciencia, hasta que finalmente no haya ninguna separación entre el alma y el cuerpo físico, creándose la unidad.
Por supuesto, al utilizar los aceites esenciales bajo un enfoque espiritual, podemos crear formas de trabajo mucho más creativas, más allá de la inhalación y los masajes, pudiendo añadir meditaciones, visualizaciones o afirmaciones afines a nuestro tema de trabajo.
Mil gracias por estar aqui!