Sobre el estruendo de las plazas y calles urbanas, en los barrios se arremolinan con el humo los "estorninos".
En los desfiladeros de hormigón cuidan a sus crías los cernícalos. El páramo llanea de salicarias. Por doquier
se extiende una "belleza" de una sensación con el conjunto de la naturaleza, que se mezcla con la humanidad
la vida, el pasado y el futuro.
Alberto
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