El Amor no se busca, se encuentra. Al menos esa es mi filosofía de vida, y Pablito, mi eterno amigo de la infancia, que me declaró su amor “en silencio”, la verdad me dejó estupefacta. Tanto, que esperé muchos días para sostener una conversación honesta con él.
¿Por qué no me lo dijiste antes? -le dije- ante su mirada atónita, enamorada, que recién me percaté sabiendo sus sentimientos verdaderos.
Me dijo que toda la vida me quiso, pero no tuvo valor de decirme nada, porque yo no mostraba interés alguno en él como hombre.
Y la verdad es que no lo amo, y sé fervientemente que la amistad de alguna manera se verá afectada. Él sabe casi toda mi vida, cada detalle, cada lágrima derramada por los golpes de la vida, cada alegría, cada triunfo, y yo suponía sabía todos los de él. ¡Y los sabía!, menos este sentimiento que ocultaba por mí.
La charla fue amena, pero no pude simular mi disgusto ante su silencio. Porque de haberlo sabido, no hubiera sido cruel al contarle mi entusiasmo con Gustavo, con Gabriel. ¡No, no se lo hubiera contado!
Hoy desperté llena de esperanzas como todos los días, pero con una paz interior de haber aclarado todo con Pablo que me hace aún más feliz.
Estoy muy entusiasmada porque este año, en vez de anotarme en el Taller de Escritura que les había contado iba a realizar, haré algo más comprometido; estudiaré profesorado de Idioma Español, pues antes no lo pude llevar a cabo por el límite de edad que habían puesto para anotarse.
Hoy ya no hay límite de edad para ingresar al Instituto de Profesores Artigas “IPA”, y como se aproxima mi cumpleaños, pensé ¿”qué mejor regalo que obsequiarme el inicio de una carrera que siempre quise hacer”?
Por supuesto soy muy conciente del sacrificio que eso implicará después de tantas horas de trabajo. Pero es algo que haré con gusto, será un placer pues me fascina la materia.
Así que, más entusiasmada que nunca, espero lo mejor de la vida, con optimismo, buena onda, no espero “un día más”, porque a la vida hay que ponerle azúcar, pimienta y sal. Sino ¿de qué vale levantarse si no hay sueños, alegría de tener la duda de qué nos traerá un día nuevo?
Así que, con toda la energía estoy dispuesta a dedicar mi tiempo al trabajo y al estudio. El Amor aparecerá cuando tenga que llegar.
Cuando sea el momento el Amor dirá “presente”. Pero no lo esperaré cruzada de brazos, ¡qué esperanza! No lo hice nunca y menos ahora. De mientras me preparo, me cultivo, por y para mí.
No hay que ir detrás de él, porque el Amor está en uno, y si llega la pareja, bienvenida sea. Solo espero que cuando llegue se trate de una persona que quiera formar un hogar, algo serio, y no esté para estupideces. Y me dé un poquito más de azúcar, un poco más de pimienta y algo de más sal que la que yo hago que tenga mi vida todos los días.
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