a la palabra que su boca pronuncia; como esos granujillas otoñales, con los ojos estáticos y las manos vacías, que empañan su renuncia, soplando los cristales
en los escaparates de las confiterías ...
He renunciado a ti, y a cada instante renunciamos un poco de lo que antes quisimos y al final, !Cuantas veces el anhelo menguante pide un pedazo de lo que antes fuimos!
Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo. Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño; desbaratando encajes regresaré hasta el hilo. La renuncia es el viaje de regreso del sueño ...
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