De hojas verdes, anchas, y tallos blancos, así se presentan externamente, pero lo realmente interesante está en su interior. La acelga es un alimento cuya composición lo convierte en un excelente aliado para la nutrición del organismo.
Diversos tipos de vitaminas, minerales, fibra vegetal y sustancias cítricas son solo algunos de sus principales componentes. Este vegetal proveniente de tierras mediterráneas presenta bajo porcentaje en calorías e hidratos por lo que el consumo de acelga se recomienda para personas con sobrepeso, obesidad y diabetes.
El ácido fólico y la gran cantidad de antioxidantes también se concentran en su estructura, asiendo que, la acelga actúe de forma positiva en la protección de los daños que ocasionan los radicales libres en el cuerpo.
La visión, el cabello, la piel, las defensas y el esqueleto también se ven favorecidos gracias a su porcentaje en vitamina A. Adicionalmente, su importante número de folatos incrementan la producción de glóbulos rojos y blancos.
Su contenido en agua igualmente resulta beneficioso al mantener al organismo hidratado. Junto a esto, el consumo recurrente de la acelga permite combatir anemias, infecciones, desinflamar las hemorroides y limpiar las vías intestinales, por eso se recomienda como diurético.
Estas plantas nutritivas a su vez permiten regulan el colesterol, la circulación sanguínea y ayudan al buen funcionamiento del hígado y la vesícula biliar.
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