Hace unos 2000 años, los magos de Oriente vieron una estrella increíble iluminando el cielo
en la Tierra Prometida y la siguieron en un viaje épico para conocer al nuevo Mesías.
¿Pero qué es realmente la Estrella de Belén?
La ciencia moderna está revelando uno de los misterios astronómicos más famosos de la historia.
Nuevas tecnologías permiten a los astrónomos crear mapas del antiguo cielo nocturno
con una precisión extraordinaria.
A medida que estudian los movimientos de planetas y estrellas, los expertos están cuestionando
la teoría que asegura que se trataba de un cometa.
Creen que los Reyes Magos pudieron divisar varios eventos astronómicos inusuales.
La Biblia nos dice muy poco sobre esta estrella y sólo aparece mencionada en el Evangelio de San Mateo.
"¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?
Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle", se habrían preguntado los magos.
No se incluye ninguna fecha o descripción. Hasta la identidad de los hombres no está clara.
En vez de ser los reyes en el imaginario popular, se cree que los Reyes Magos eran sacerdotes
persas conocidos como "magi" en latín.
Eran astrólogos que se guiaban por las estrellas, combinando fe y ciencia para predecir
el nacimiento del nuevo Mesías.
¿Qué hizo que se animasen a viajar a Belén? La mayoría de los expertos coinciden en que Jesús
nació antes del año 4 a. C. o en esa misma fecha, cuando Herodes el Grande reinaba en Judea.
Los astrónomos han identificado los siguientes cuatro acontecimientos estelares que podrían
haber sido la Estrella de Belén.
Triple conjunción de planetas
Un antiguo almanaque inscrito en una tabla de arcilla hallada en Babilonia y actualmente
en el Museo Británico de Londres asegura que la estrella fue en realidad una inusual conjunción de planetas.
Concretamente, fue una serie de tres conjunciones de los planetas Júpiter y Saturno
(un hecho muy poco frecuente) ocurrido en el año 7 a. C.
Júpiter y Saturno se conjuntaron tres veces en el plazo de varios meses
durante la constelación de Piscis, un signo asociado con Israel.
Existen pruebas en el almanaque que los astrónomos persas predijeron esto.
La tabla calcula la actividad solar, lunar y planetaria para ese año y describe la conjunción.
Eclipse de Júpiter
Una moneda de 2000 años de antigüedad probaría esta teoría,
una doble ocultación de Júpiter tras la luna ocurrida en el 6 a. C. que sería la estrella de Belén.
Según la teoría, los magos vieron la estrella en la constelación de Aries, no la de Piscis.
La moneda muestra a Aries, el carnero, brincando en el cielo y mirando atrás hacia la estrella.
Los textos astrológicos de la época reflejan que Aries dominaba Judea y Jerusalén
era la capital del Cercano Oriente, convirtiéndose en signo de los judíos.
El profesor Mike Molnar de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, en Estados Unidos,
cree que los magos vieron este eclipse. Justo antes del amanecer,
Júpiter habría aparecido por el este, en el preciso instante en que San Mateo describió la aparición de la Estrella.
Entonces, cuando la luna pasó directamente entre la Tierra y Júpiter, éste último planeta habría desaparecido.
Supernova
Algunos creen que la estrella podría haber sido el resultado de un evento celestial aún mayor.
Mark Kidger, astrónomo de la Agencia Espacial Europea, afirma que habría requerido mucho
más que un movimiento de planetas inusual para convencer a los curtidos expertos astronómicos
de esa época a viajar hasta Judea.
Los magos podrían haber visto una estrella en su fase supernova, uno de los eventos más energéticos
y explosivos que se conocen.
Kidger hasta ha identificado a un candidato, el DO Aquilae que explotó en 1927 y que seguramente
ha explotado varias veces en el pasado.
En caso de haber explotado hace 2.000 años, los magos la habrían visto en el este,
asomándose por encima del horizonte.
El experto espera que los radiotelescopios del futuro sean capaces de detectar la débil burbuja
de gas alrededor de Aquilae para calcular el momento exacto en que la burbuja comenzó a expandirse.
Dos planetas que parecían una luz brillante
Esta teoría es la más sorprendente. La fecha de Navidad fue establecida siglos después del evento
y muchos la cuestionan.
Pero el astrónomo tejano Rick Larson cree que Jesús realmente nació el 25 de diciembre,
aunque del año 2 antes de nuestra era.
Al contrario de otros astrónomos, Larson se ha fijado en eventos celestiales posteriores porque cree
que la fecha de la muerte del rey Herodes (4 a. C.) es incorrecta.
La fecha se basa en los escritos del historiador Josephus, pero cada manuscrito suyo que
ha estudiado anterior a 1544 coincide en que Herodes murió en el 1 a. C.
Júpiter se conjuntó un año después con una de las estrellas más brillantes del firmamento,
llamada Regulus y conocida por los magos como "pequeño rey".
Nueve meses después, Júpiter se conjuntó con Venus, conocido como el planeta madre.
Los planetas habrían pasado tan cerca el uno del otro que habría parecido como una luz brillante en el cielo.
Larson cree que esta luz fue la que convenció a los magos a viajar al este.
Durante su viaje, Júpiter continuó moviéndose a lo largo del cielo hasta que pareció detenerse sobre Belén.