La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la multitud de ranas le gritaba
y le hacían señas para que dejara de sufrir
y que simplemente se dispusiera a morir,
ya que no tenía caso seguir luchando.
Pero la rana saltaba cada vez con más fuerzas
hasta que finalmente logró salir del hoyo.
Cuando salió las otras ranas le dijeron:
"Nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritamos".
La rana les explicó que era medio sorda,
y que pensó que las demás la estaban animando
a esforzarse más y salir del hoyo.
Moraleja.-
1. La palabra tiene poder de vida y muerte.
Una palabra de aliento compartida a alguien que se siente desanimado
puede ayudar a levantarlo
2. Una palabra destructiva dicha a alguien que se encuentre
desanimado puede ser lo que acabe por destruirlo.
3. Una persona especial es la que se da tiempo para animar a otros.
"Tengamos cuidado con lo que decimos"