Yo me cobijo sin tregua
entre hadas del bendito
entre la gran murmurada
de la vida sin destino
sobre el recuerdo que llora
con el futuro indeciso.
Y yo que me muero, nena
por el amor que no vivo,
soy un recuerdo en la pena,
soy un constante martirio
donde la vida no llega
porque tú me has destruido.