El elemento del aire era incontenible. El ímpetu del viento rasgó las tiernas hojas Arrojándolas en confusión sobre la tierra. Esperamos las primeras gotas de lluvia en los aleros.
El caos crecía al tiempo que la luz Mermaba bajo un cielo compacto. Una noche innatural dilató nuestras pupilas, Pero el camino y el polvoriento campo permanecieron secos.
La lluvia quedóse en la nube; fue casi oscuro; El viento yació inmóvil entre las altas hierbas. Las venas de las manos traicionaban nuestro miedo. Lo que habíamos esperado no había acontecido.
Autor del poema: Theodore Roethke
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