Ilustraciones de Milena Hachim
Si a ti como a mí te interesan los idiomas a un nivel un poco friki, seguramente te habrás dado cuenta de que el español, aparte de tener muchas otras características, tiene la peculiaridad de ser el único idioma que usa los signos de apertura tanto de interrogación como de exclamación. Y te preguntarás, ¿¡¿y eso por qué?!?
Explicación
En español no contamos con una estructura que indica que lo que sigue es una pregunta o una exclamación, así que necesitamos ambos signos para que ayuden al lector a entonar la frase de manera adecuada desde el principio, dándole con ello un significado u otro. En inglés o alemán, por ejemplo, se invierte la estructura de la frase y el orden de las palabras para advertir, desde el comienzo de la frase, de que esta es una pregunta.
Es decir, mientras que
Se distingue de:
En español ambas frases serían iguales y se entonarían de la misma manera, si no fuese por los signos de interrogación.
-
Tienes gatos
- ¿Tienes gatos?
Por lo cual se llegó a la conclusión de que debíamos contar con algún signo obligatorio que ayudara a enunciar las frases de manera correcta.
Antiguamente, los textos eran muy diferentes a los de ahora, ya que estos eran básicamente aglomeraciones de letras y palabras de forma consecutiva y compacta carentes de puntuación. Esto hacía que su lectura fuera muy difícil, siendo necesaria su recitación en voz alta para marcar el tono de cada frase.
A pesar de la necesidad, no fue hasta que las imprentas agregaron los signos de apertura en sus tipografías cuando el uso de los signos ¡¿ se extendió para siempre. Esto no fue debido a que el problema de la entonación fuera tan grave, sino más bien al empeño mostrado por la monarquía, la cual le dio un carácter imperativo al uso de estos signos que, en principio, solo se vio reducido al perímetro idiomático de España pero que, posteriormente, se extendió a todos los países hispanohablantes.
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,L
MACHI V