Antes de amarte
amor, nada era mío:
Vacilé por las calles
y las cosas?:
nada contaba
ni tenía nombre:
el mundo era del aire
que esperaba.
Yo conocí salones cenicientos,
túneles habitados por la luna,
hangares crueles que se
despedían,
preguntas que insistian en la
arena.
Todo estaba vacío, muerto y
mudo,
caído, abandonado y
decaído,
inelienablemente
ajeno,
todo era de los otros y
de nadie,
hasta que tu belleza y
tu belleza y
tu pobreza
llenaron el otoño de
regalos.
Pablo Neruda
SONETO XXV
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,
MACHI V
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