El placer de coincidir con gente que te reinicia,
que te suma,
que te da sus alas,
que conoce la profundidad de tus abismos,
pero de igual manera salta contigo.
El placer de coincidir con esa gente que te da,
que te presta,
que te enseña,
que te sabe leer la piel con las manos.
El placer de coincidir contigo,
a destiempo,
de coincidir justo a tiempo,
de abrazarnos a la vez pese a vivir
en distinto código postal.
De querernos y quedarnos
y desear coincidir en todas las vidas,
y muertes.