Oh Dios se mi soporte
siento mis días se acaban,
solo una vez pude sentir el amor
y hoy envuelta vivo en el torbellino
de aflicción, es tanto mi dolor, ya no
soporto más, siento fenecer quiero olvidar
lo que viví desde mis ajados crepúsculos.
Oh Dios anhelo sonreír
ansío acaricies mi cabellera,
tomes mi amargura y la destruyas,
dame felicidad, pretendo ver a mi pequeñita
sana, sonriente, escuchar su voz,
deja que salga del desierto al que camino
errante en la desventura,
no existe la luna nueva para mi,
el dolor de mi pequeña es también mío.
Martha Córdova Chacón.
Lima-Perú.
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