CUENTO.
Cierto día en un lejano pueblo, allá muy lejos en Belén, Dios, el creador del mundo, les dio a los reyes un mandato muy especial, les dijo que debían ir a visitar primero al niño Jesús en Belén, y llevarle un regalo muy particular.
Los reyes se llamaban:
Melchor: Era un anciano con barba blanca, su regalo para Jesús fue el “Oro” que representaba su naturaleza.
Gaspar: Era un joven moreno, su regalo era el “incienso”, que representa la Naturaleza divina de Jesús.
Baltasar: Era de raza negra, su regalo para Jesús era la “Mirra”, representa el sufrimiento y muerte futura de Jesús.
Con la visita de los Reyes, Jesús los bendice por todas las generaciones futuras, del mundo, los cuales tendrán vida eterna y deberán transitar en camellos por todo el mundo, llevándoles a todos los chicos un obsequio ese día. Pero para ello debían recibir primero cartas con los pedidos y necesidades de cada niño en particular.
Los reyes agradecieron a Jesús, y se pusieron a trabajar como este les había pedido desde su pesebre, con una señal que sólo ellos pudieron entender, y tanto María como José les habían explicado. Los reyes Subieron al cielo en sus camellos, porque estos tenían alas para viajar, luego llegaron a sus lugares y repartieron sus tareas. Entonces comenzaron a trabajar para ayudar a tantos niños en su día.
El cielo como es otro mundo, también hay gente con alas, que viajan de un lugar a otro, estos se comunican con un teléfono muy pequeño que llevan en sus corazones, este suena cada vez que un niño escribe una carta, porque tiene un vibrador. Su correo es una nube muy blanca, en el habitan ángeles, que los ayudan y colaboran con el armado del mismo, donde miles de cartas llegan y deben responder a todas. Cada vez que miramos al cielo y vemos miles de estrellas correr, son esas cartas que se van elevando y un ángel las recibe, las lee, y se las entrega a los reyes. Cuando hay muchas cartas, las nubes chocan y se sienten truenos desde la tierra, es que los Reyes están bajando para traer regalos a los niños de todo el mundo.
Estos trabajan todo el año, ya que hay un mes para cada nación o país. En Argentina el 7 de Enero les toca viajar a cada provincia, visitando cada hogar. Como los Reyes son tres, cientos de ángeles colaboran desde el cielo.
Los Reyes no les gusta que nadie los vea, menos los niños, porque estos son muy pequeños y se pueden asustar, por eso cuando viajan les piden a los padres que los lleven a dormir temprano, luego pasarán y los saludaran con un beso en la frente como símbolo de paz cuando estos duerman.
En muchos hogares los Reyes pasan temprano, y en otros tardan un poco más, pero a todos les llega algo.
La computadora que está en el cielo funciona con un satélite, y a veces cuando hay tormenta no llegan los mensajes a tiempo, por eso en muchas casas no alcanzan a pasar porque la información no llegó, por tal motivo como hay ángeles muy hacendosos, les llevan información a los Reyes para que corran a la casa de los niños que menos tienen.
En una de estas casas a pesar de que los niños estaban dormidos, los padres se encontraban tistes por que no habían recibido noticias de los Reyes, y estos como eran Reyes muy habilidosos, les pidieron a los padres ayuda, y comenzaron a trabajar a media noche para que sus hijos cuando se despierten tengan un obsequio. Se fueron al patio, buscaron maderas, clavos, martillos, serrucho, caladoras, y cuantos materiales tenían sus padres, y manos a la obra.
Hicieron unas mesitas con sillitas, un camión con muchas maderas, hasta que se les hizo casi la madrugada, con estos tomaron mates. Los padres agradecieron a los Reyes este acto de amor y solidaridad, que tuvieron con cada uno de ellos.
Los reyes buscaron los zapatitos de los chicos, pero como no los hallaron, exploraron cuero, tachas, cartones, tijeras y pegamento, y se pusieron a trabajar, les hicieron unas hermosas sandalias de cuero a cada niño del hogar. Sus papás muy contentos los despidieron con tan solo unos mates, pero ellos agradecieron este gesto, ya que en la mayoría de las casas, donde no existe la pobreza, solo había un vaso de agua.
Le dieron un beso en la frente a los niños que dormían, les dejaron sus juguetes y sandalias, y se fueron a otros hogares donde varias cartas no habían llegado, y tuvieron que trabajar al igual que en esta familia.
Habían niños y grandes llorando por no tener con que comprarle un juguete a sus hijos. Los Reyes como estaba amaneciendo, se convirtieron en personas con bastones para que los chicos no los reconocieran, y se acercaron a ellos y les preguntaron:
¿ Por qué lloran?, los chicos les dijeron: porque todos nuestros amiguitos tienen juguetes en su día y nosotros no, quizás los Reyes ya no nos quieren, porque no se han acordado de nosotros.
-Reyes: no chicos, nosotros venimos a ayudarlos en nombre de los reyes.
-Niños: ¿por qué tienen barba y usan bastón? ¿Quienes son ustedes?
-Reyes: Nosotros somos amigos del barrio, queremos colaborar con todos los amiguitos de ustedes que no han podido tener sus regalos este día, ¿nos ayudan?
-Chicos: si, pero ¿que tenemos que hacer?
-Reyes: Invitar a todos los padres de sus amiguitos junto con sus hijos, y conseguir madera, cola, clavos, tijeras, y todo lo que tengan cada uno en sus casas, lo que no tengan se conseguirá en otras casas, que nosotros iremos a buscar, ustedes no se preocupen traigan lo que puedan, y también el mate.
Los chicos salieron corriendo a buscar a sus amiguitos que estaban tistes, junto a sus familias, les contaron de estos ancianos con bastón, y muchos vinieron a colaborar con lo que habían encontrado, y las madres con el mate. Todos juntos se pusieron a trabajar de acuerdo a lo que tenían y las posibilidades de obtener un juguete o un recuerdo hecho con sus propias manos y esfuerza de trabajo.
Los chicos mientras los Reyes trabajaban los miraban con mucha atención, se sorprendieron de la rapidez con que movían sus manos y de cómo estos realizaban sus artesanías,¡ Se quedaron maravillados! Los chicos tuvieron sandalias, guitarras, camiones, autos, mesitas, sillitas, bancos, y tazas de barro. Los padres aprendieron a trabajar junto a estos Reyes que nadie había reconocido, porque sino los niños se podían asustar.
Trabajaron durante todo el día, y en muchos otros hogares semanas enteras, pero cada uno tuvo su regalo, no importó el tiempo, sino lograr que cada niño tuviera un presente de estos Reyes magos.
¡ Qué contentos se pusieron los chicos y padres de estos!
Lo más importante era que los padres aprendieran artesanías, para colaborar los próximos años con sus hijos o allegados a la familia, es una forma de colaborar con los reyes que año tras año deben trabajar mucho y viajar en distintas direcciones del planeta.
Los chicos salieron a celebrar con sus nuevos juguetes, compartiendo con otros, que habían tenido la posibilidad de obtener un juguete comprado. Pero con tan mala suerte que a muchos se los habían vendido fallados y no se podían cambiar. Bicicletas sin tuercas, juguetes sin pilas, entre otras características de los muchos juguetes del mercado. En cambio los juguetes artesanales, eran tan firmes, que hasta los adultos se quedaron admirados de estas maravillosas creaciones.
Los chicos y grandes aprendieron a cuidar sus creaciones, porque a ellos mismos les había costado mucho sacrificio el buscar materiales, y trabajar para conseguir hacer feliz a cada niño.
Los chicos cuando fueran creciendo valorarán más las creaciones de sus padres que la compra de cualquier objeto del mercado.
A los niños les brillaban sus ojos y sus caritas era una gran alegría, porque pudieron obtener lo que jamás nadie sin esta fuerza de voluntad hubiera logrado ni trabajando: al amor, la paz, y dignidad de una familia que se mantuvo unida.
“Quien trabaja en unión
Siempre obtendrá protección”
Escritora de Niños:
Cristina Revuelta