A la fiesta de disfraces con amuletos de suerte, el espantajo pelele llega iluso y despeinado. Con candil enamorado y graciosa calabaza, llega al convite una rosa disfrazada de azucena, con fragancia de verbenas entre volantes dorados.
Ondas trenzadas de estrellas de nigromantes y brujas, llegan en son de aventuras a la fiesta de disfraces. Cuentan que arañas burlonas hacen bromas callejeras, que entre brujitas coquetas vagan risas que eclosionan, en sonrisas pintorescas de traviesos entre azares.
Agasajan duendecillos con las hadas zalameras, de las doncellas serenas y monarcas seductoras. Rondas de escobas mimosas consintiendo las promesas, al descubrir la belleza inescrutable de enigmas, entre brujas celestinas y sortilegio de hechizos. Aimée Granado