FELICIDADES, AMIGA (Oddey)
(… o cómo enfrentar desde el escepticismo la certidumbre de cumplir años).
Aunque sepas que no soy la persona más apropiada para adornar instantes como los que vienen, imagina que todos podemos sentirnos tan eternos como queramos.
Que tal vez la certidumbre de cumplir años -y la de quien deja de hacerlo- nos ayude a recordar que no estamos atrapados en el tiempo; que al contrario de lo que nos quieran vender, sí que nos espera.
Eres especial. Por eso -aún ante lo más inadvertido- siempre serás capaz de crear reflexiones objetivas y agradables.
Últimamente se me repite demasiado la frase de la película Los Amantes del Círculo Polar que dice: “Se puede correr hacia atrás, unas horas atrás… una vida…”, pero con un no muy grande al comienzo.
Sé que puede ser angustioso sentir como el simple paso del tiempo difumina momentos que, quizá alguna vez, nos pertenecieran; momentos de los que –dado nuestro peculiar modo de entender la vida- apenas tuvimos consciencia de disfrutar.
No soy el más indicado para ofrecer lecciones de autoayuda, pero quizá debiéramos hacer un esfuerzo por disfrutar del presente. Aunque sólo sea porque ya sabemos que es completamente falso que se pueda vivir hacia atrás.
Desde el más absoluto de los escepticismos y desde la más cuerda de todas mis contradicciones: felicidades, amiga.