Catorce de febrero y yo sin ti…
Esparciendo las horas
por este jardín absurdo
que corrompe mi mente
con su veneno.
Con esta daga en mi pecho
que me punza
tantas veces, atrevida.
Con este silencio
que me rasguña la piel
en busca de una salida.
Catorce de febrero y yo sin ti…
Abrazando las nostalgias de esta vida.
Con un beso
esperando en la entrada
por si volvías
y este sabor amargo
de tu despedida
al que le pregunto,
una y mil veces
¿Porqué te fuiste?
Vida mía.