ESPAÑA.
España
ha sido desde los tiempos más remotos un lugar de invasiones, unas más
violentas y destructoras que otras. Los diferentes pueblos o razas que
se dieron cita en la Península contribuyeron en muy diversa escala a
forjar el carácter y la civilización española. Iberos, celtas, griegos,
cartagineses,romanos, suevos, alanos, vándalos,visigodos, árabes,
bereberes, judíos...todos dejaron huellas más o menos importantes, más o
menos permanentes. Pero una gran parte de las contribuciones que los
historiadores han asignado a algunos de esos grupos se debe más bien al
elemento nativo, que con frecuencia convivió o se incorporó al elemento
invasor.
Entre
la cultura árabe, europea y española hay toda una historia de
relaciones que varían según las circunstancia. Durante toda esta
historia se liberaban debates entre los intelectuales árabe y europeos,
que adquirían su importancia por su tendencia cultural, lejos del
fanatismo religioso o nacional, así como del egocentralismos europeo que
se autobastaba y veía al otro, en el que se incluyen el árabe y el
musulmán, como algo retrasado y al margen de la vida, imposibles de
desarrollar y progresar. Hoy en día, Europa, después de haber alcanzado
la modernidad, ha cambiado bastante su visión del mundo árabe e
islámico. No creo que sea necesario recordar que Europa vivió durante
toda la edad media un retraso social y cultura, mientras que la
civilización árabe-islámica estaba alcanzando el auge de su esplendor, y
extendía su radiación y influencia sobre Europa en los distintos
ámbitos: las ciencias, la filosofía, la literatura, el arte y la
arqueología.
La
cultura musulmana ha influido mucho en la cultura y el arte de la
España de ese entonces, poblada por el imperio visigodo. Hay desde
cánticos de una manera suave y sensual hasta sus grandes obras
arquitectónicas. Los árabes tuvieron tres etapas en el desarrollo del
arte en la península ibérica y que se ve reflejada en su arquitectura y
otras artes plásticas:
La etapa Califal:
en esta etapa podemos ver algunos tipo de construcciones como la
mezquita, de un diseño en forma de cuadrado orientado hacia la Meca, el
muro sagrado donde se ora hasta nuestros días; el alcázar, de forma
rectangular con habitaciones en cuya parte central se encuentran bellos
jardines en forma de laberinto y fuentes muy decorativas; muy parecida a
la Alcabaza, una gran fortaleza en forma de rectángulo con torres
cuadradas y una torre de vela, lugar por donde era posible vigilar al
enemigo. Estas y otras muestras de este etapa las encontramos en las
ciudades de Málaga, Córdoba y Toledo, junto con la amurallada ciudad con
su característica principal: la Puerta de Bisagra. Lo más saltante del
arte en esta etapa califal es el uso del arco en forma de herradura. En
su interior, la decoración, que era importada desde Siria, tiene su
toque de creatividad musulmana al no colocar figuras en forma humana y
tampoco de animales sino, los sustituye por los bellos motivos de
caligrafía (frases), formas geométricas y figuras de vegetales. Este
tipo de decoración abunda en los techos y en las paredes de estas
maravillosas obras de arquitectura.
La etapa Almohade:
se desarrolló en los siglos XII y XII, sobretodo en Sevilla, donde nace
en una etapa en la que los grupos árabes deseaban tener una vida más
austera en su vida familiar y comunal. A causa de esta perspectiva
social, es que se utilizó el ladrillo y las torres se constuyeron en
forma de cuadrado con poca decoración; en esta etapa se crean los
azulejos y se hace una mezcla de las escrituras árabe y cristiana. La
Giralda en Sevilla es un claro ejemplo de esta etapa artística. La
corriente artística Nazarita, corresponde a la decadencia de este
periodo donde el dominio arábico en la península se reduce a la zona
geográfica de Granada, donde encontramos el más exponente hito cultural
de España: La Alhambra. La característica principal de este estilo es la
forma y el tallado en yeso en la parte interior de las construcciones,
es tan fino que nos hace pensar que se trata de un bordado en las
paredes y en sus altos techos en donde se colocaban con mucha estética
hermosos mosaicos de color azul, un color predominante en este arte. No
se usaban puertas, pero estas, si había, tenían el mismo estilo en sus
salones y sus tallados. Los techos, siempre sobrecargados de decoración,
dan la idea de una imagen del cielo con sus magníficos trazos de los
artistas de esa época. Las celosías, patios que separaban los salones
del harén con los del sultán, permitían percibir la gran sutileza de
movimientos en su interior de las mujeres del sultán y de todas sus
intrigas de su vida de placer.
La etapa Mudéjar:
es una etapa de sincretismo donde los árabes que se habían convertido
al cristianismo se ubicaron en las zonas que estaban siendo
reconquistadas. Su obra de arquitectura más saltante es el Alcázar de
Sevilla junto con las Sinagogas de Toledo. De igual modo, la forma como
se trabajaba el oro es la mejor herencia que tiene la antigua capital
del imperio visigodo, Toledo, en su estilo damasquinado toledano; éste
consiste en labrar con tres tipos de hilos de oro con golpes pequeños
formas de paisajes y bellas figuras con un fondo de acero negro. Este
arte de la orfebrería tuvo dos formas de uso: en las armas de guerra,
donde las espadas tiene una empuñadura de mucho lujo marcado con sus
nombres junto con sus escudos que hacían referencia a los caballeros que
lucharon en las cruzadas. En su artesanía, la influencia árabe fue tal
que dejo otra herencia: el buen uso del marfil y de la madera; en este
arte destaca el estilo y la forma de construir cofres en madera.
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PAELLA (Plato típico de España)
España
es un país con una cultura variada y apasionante. La cultura española
abarca todas las formas de expresión en un gran mosaico. Desde la
literatura a la pintura, la música o la arquitectura. Desde la
Antigüedad (con importantes muestras de arte rupestre como las de
Altamira) hasta nuestros días, la cultura en España ha ocupado un puesto
de relevancia. Las diferencias entre regiones son evidentes, como nos
demuestra la infinita variedad de representaciones que las caracterizan
de norte a sur, como las gaitas gallegas o los Castellers catalanes, el
flamenco andaluz y muchas más.
Cualquier
visitante puede experimentar las diferentes facetas de la cultura
española, comunicándose con los habitantes de un pequeño pueblo de
Castilla, venciendo al estrés experimentando el estilo de vida relajado
de los pueblos andaluces del sur o viviendo a fondo en grandes urbes
cosmopolitas como Madrid o Barcelona.
Aparte
del conocido turismo de “sol y playa”, el cultural se está convirtiendo
en una alternativa consolidada, dada la riqueza de museos, monumentos,
tradiciones y manifestaciones culturales españolas. España es uno de los
países más ricos del mundo en cuanto a patrimonio monumental, contando
con el mayor número de declaraciones de Patrimonio de la Humanidad
otorgadas por la UNESCO. Un inventario aproximado elevaría a más de
20.000 los monumentos de importancia existentes en el país.
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