De pie, soñando atardeceres, desde lejos,
aquietando penumbras con mirar sereno,
acallando sombras de recuerdos viejos,
corazón diamante, de dulzores pleno..
Embriagada estancia de nostalgias puras,
con un cirio añejo que apenas alumbra,
hay pasos etéreos brillando en alturas,
¡Acude el amor que al solar fecunda.!.
Dos ramas suaves ciñendo su espalda,
las hojas se visten en savia y rocío,
a sus labios cercan, suavidad que aguarda,
ver estremecidas entre beso y río..
Con tales tersuras de amores forjadas,
la penumbra enciende una luz divina,
al reino soñado en noches amadas,
bebiendo aquel beso que su faz reclina..
Fueron esos tiempos, tales maravillas,
que sueños de sueños los vieron volar,
sujetos del beso robado a hurtadillas,
abrazos de cielos que saben amar...
María Marta Britos