Hoy, como en otros
pocos días de cada año que vivo, a mi Alma le da por Recordar... Y no,
no son recuerdos propios de mí mismo, sino un tipo de recuerdo de
aquellos seres que el Trabajo me ha posibilitado, no sólo conocer, sino
amarlos con todo mi ser...
Y claro que en mi corazón existen preferencias, sobre todo por los
seres femeninos; quizá las bendiciones de mi madre muchos años atrás
fallecida, continúan haciendo sus conjuros. Y aquí estoy hoy, como les
digo, remontándome más de seis años atrás en mi vida personal, cuando
una mujer bautizada por los mismísimos Hindus de carne, hueso y esencias
aromáticas, le dio por contactar a su hermana en carne y espíritu, una
tal mujer con álias de Dichosa...
Las dos hasta el día de hoy, constata mi Alma que siguen Presentes.
Son mujeres que se aferran a mí como náufragas a su tabla por los mares
de Ibiza, como aquél polvo de hornear que usaba mi madre para amalgamar y
formar una sólo unidad de la masa con que me deleitaba con aquéllos
panes hogareños de mi lejana infancia...
Una de ellas ya partió, a constatar y verificar ciertas realidades
mencionadas en esta enseñanza; y que estoy plenamente seguro, que a ido
pateando puertas y rejas hasta plantarse en la narices mismas del
Sagrado Absoluto. No es su terquedad, sino esa Cualidad que siempre
admiro en ella: Su Persistencia Cueste lo que Cueste...
Y la otra mujer, vaya que le ha dado por violarme de una manera muy
sutil, me secuestrará por semanas con el anzuelo de que desea de corazón
que goce de sus Fallas, llenarme con litros de orchatas y emborracharme
con merjunges de otro tipos... Y qué puede hacer un hombre enamorado
como yo, pues sólo seguir el consejo de su madre: "Hijo mío, mi más
amado hijo..., recuerda, si vas a bailar con mujeres..., pues
aflojandote y cooperando... y déjate querer..!!!!"