Aunque mis manos se agrieten en las sombras
buscando tu imagen que desapareció de pronto,
aunque mis labios en silencio te nombren.
Yo no sé rogar amor.
Aunque los pájaros le canten cada día
a mi corazón que se siente triste.
aunque los silencios se asemejen a latidos
que se alejan y resuenan allá lejos.
No sé rogar amor.
Mis manos conservan las caricias prometidas.
Y los sueños forjados entre besos
sin embargo mis manos se abren
y te sueltan liberando los gestos,
como a una paloma.
No sé rogar amor.
Y aunque en mi memoria sigan girando
las ideas dulces,
los proyectos truncos,
la música del alma
que entornó los besos.
Si no llegas, aún esperándote,
dejaré de amarte
y de sentir que eres posible.
Me quedaré dolorido, pero libre
tratando de levantar mis pasos
de rescatar alientos y
guardar los besos,
de volver a las palabras nuevas,
a los sueños vírgenes
y a los despertares.
Si; no estaré rogando amor
ni mendigando caricias...
Nuevamente iré a los brazos
de quien crea que en mi muelle
hay amarras para sus velas.
No haré penitencias ni moriré de pena
puedo construir una morada nueva
fuerte e intensa como la nuestra
aunque sepa de su fragilidad en la tormenta.
No sé rogar amor.
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