UN CURSO DE MILAGROS
(187) Bendigo al mundo porque me bendigo a mi mismo.
La bendición de Dios irradia sobre mi desde dentro de mi corazón, donde Él mora.
No necesito más que dirigirme a Él y todo pesar desaparece conforme acepto Su infinito Amor por mi.
No soy un cuerpo. Soy libre.
Pues aún soy tal como Dios me creó.
❤
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,
MACHI V